Sol y Luna

lunes, abril 24, 2006

El árbol de los problemas

Lo más importante en esta vida es darnos una pausa ante los problemas, no para que crezcan, sino para resolverlos con mayor tranquilidad.
El carpintero que había contratado para ayudarme a reparar una vieja granja, acababa de finalizar un duro primer día de trabajo. Su cortadora eléctrica se daño y lo hizo perder una hora de trabajo y ahora su antiguo camión se niega a arrancar.
Mientras lo llevaba a casa, se sentó en silencio. Una vez que llegamos, me invito a conocer a su familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo un momento frente a un pequeño árbol, tocando las puntas de las ramas con ambas manos.
Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación. Su bronceada cara estaba plena de sonrisas. Abrazo a sus dos pequeños hijos y le dio un beso a su esposa.
Posteriormente me acompañó hasta el carro. Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunte acerca de lo que lo había visto hacer un rato antes.
"Oh, ese es mi árbol de problemas", contesto.
"Se que yo no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa. Luego en la mañana los recojo otra vez".
"Lo divertido es", dijo sonriendo, "que cuando salgo en la mañana a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior".

viernes, abril 21, 2006

Cambiando de vida

Nuestra vida se construye con pequeñas decisiones, donde todas y cada una cuentan, aún las más pequeñas...
Un carpintero ya entrado en años estaba listo para retirarse. Comentó a su Jefe sus planes de dejar el negocio de la construcción para llevar una vida más placentera con su esposa y disfrutar de su familia. El iba a extrañar su cheque mensual, pero necesitaba retirarse. Ellos superarían esta etapa de alguna manera.
El Jefe sentía ver que su buen empleado dejaba la compañía y le pidió que construyera una sola casa más como un favor personal. El carpintero accedió, pero se veía fácilmente que no estaba poniendo el corazón en su trabajo: utilizaba materiales de inferior calidad y el resultado era deficiente; era una desafortunada manera de terminar su carrera.
Cuando el carpintero terminó su trabajo y su Jefe fue a inspeccionar la casa, el Jefe le extendió al carpintero las llaves de la puerta principal.
"Esta es tu casa", dijo, "es mi regalo para ti".
¡Qué tragedia! ¡Qué pena!, si solamente el carpintero hubiera sabido que estaba construyendo su propia casa, la hubiera hecho de manera totalmente diferente. Ahora tendría que vivir en la casa que construyó "no muy bien" que digamos....
Así que está en nosotros. Construimos nuestras vidas de manera distraída, reaccionando cuando deberíamos actuar, dispuestos a poner en ello menos que lo mejor. En puntos importantes, no ponemos lo mejor de nosotros en nuestro trabajo. Entonces, con pena vemos la situación que hemos creado y encontramos que estamos viviendo en la casa que hemos construido.
Como si fueran el carpintero, piensen en su casa. Cada día clavamos un clavo, levantamos una pared o edificamos un techo. Construyan con sabiduría. Es la única vida que podrán construir. Inclusive si solo la viven por un día más, ese día merece ser vivido con gracia y dignidad.
Su vida, ahora, es el resultado de sus actitudes y elecciones del pasado. Su vida, mañana, será el resultado de sus actitudes y elecciones hechas HOY!!

El sabio y el rey

La forma de decir las cosas puede cambiar el ánimo y disposición de quienes te escuchan.
Un Rey soñó que había perdido todos los dientes. Después de despertar, mandó llamar a un Sabio para que interpretase su sueño.
- ¡Qué desgracia mi señor! - exclamó el Sabio - Cada diente caído representa la pérdida de un pariente de vuestra majestad.
- ¡Qué insolencia! - gritó el Rey enfurecido - ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡Fuera de aquí!
Llamó a su guardia y ordenó que le dieran cien latigazos.
Más tarde ordenó que le trajesen a otro Sabio y le contó lo que había soñado. Este, después de escuchar al Rey con atención, le dijo:
- ¡Excelso señor! Gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que sobrevivirás a todos vuestros parientes.
Se iluminó el semblante del Rey con una gran sonrisa y ordenó que le dieran cien monedas de oro.
Cuando éste salía del Palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado:
- ¡No es posible! La interpretación que habéis hecho de los sueños es la misma que el primer Sabio. No entiendo porque al primero le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro.
- Recuerda bien amigo mío - respondió el segundo Sabio - que todo depende de la forma en el decir... uno de los grandes desafíos de la humanidad es aprender a comunicarse.
De la comunicación depende, muchas veces, la felicidad o la desgracia, la paz o la guerra. Que la verdad debe ser dicha en cualquier situación, de esto no cabe duda, mas la forma con que debe ser comunicada es lo que provoca en algunos casos, grandes problemas.
La verdad puede compararse con una piedra preciosa. Si la lanzamos contra el rostro de alguien, puede herir, pero si la envolvemos en un delicado embalaje y la ofrecemos con ternura, ciertamente será aceptada con agrado.

Como avivar la llama espiritual

Cuentan que un rey muy rico de la India, tenía fama de ser indiferente a las riquezas materiales y hombre de profunda religiosidad, cosa un tanto inusual para un personaje de su categoría.
Ante esta situación y movido por la curiosidad, un súbdito quiso averiguar el secreto del soberano para no dejarse deslumbrar por el oro, las joyas y los lujos excesivos que caracterizaban a la nobleza de su tiempo.
Inmediatamente después de los saludos que la etiqueta y cortesía exigen, el hombre preguntó: “Majestad, ¿cuál es su secreto para cultivar la vida espiritual en medio de tanta riqueza?
El rey le dijo: "Te lo revelaré, si recorres mi palacio para comprender la magnitud de mi riqueza. Pero lleva una vela encendida. Si se apaga, te decapitaré".
Al término del paseo, el rey le preguntó: "¿Qué piensas de mis riquezas?"
La persona respondió: "No vi nada. Sólo me preocupé de que la llama no se apagara".
El rey le dijo: "Ese es mi secreto. Estoy tan ocupado tratando de avivar mi llama interior, que no me interesan las riquezas de fuera".

miércoles, abril 19, 2006

Conquista tus sueños. Todo lo que necesitas es una idea

Cayeron unas gotas de lluvia en lo alto de una montaña. El río quedaba cuesta abajo.
Las gotas deseaban llegar a él. Pero no había ningún camino. Iniciaron su recorrido y a lo largo de este, encontraron los caminos hasta llegar al río.
Tus sueños, no son diferentes a una gota de lluvia en la montaña. Para nadie nos es desconocido que la lluvia encuentra caminos en la montaña para llegar a tierra.
Aunque no existan caminos asfaltados.
Esta reflexión llegó a mi mente, cuando visitaba una exposición de fotografías de dos siglos de vida en México.
Observé con curiosidad la foto de unos semáforos humanos. Ahora conocemos los automáticos con las luces roja, amarilla y verde.
Pero antes, eran parecidos a los señalamientos de las calles. En un tubo, se hallaban en lo alto tres señalamientos: alto, cambio, siga.
Había una persona que manualmente los cambiaba.
¿Y de donde nacen estos semáforos?
Porque surgió el coche. Y se hizo necesario encontrar una forma de controlar el tráfico.
Después, la gran cantidad de calles creadas abrió la oportunidad a los comerciantes de vender sus productos.
En cualquier ciudad, podemos ver el día de hoy calles asfaltadas, coches circulando, semáforos automáticos y comercios distribuidos a lo largo de las calles.
Pero todo lo originó la creación del auto. Y este desencadenó la creatividad. El coche originó el problema de cómo circular cómodamente. Y se crearon las calles. El aumento de circulación originó la pregunta ¿Cómo controlo el tráfico? Y surgieron los semáforos manuales ¿Cómo puedo tomar ventaja de las calles y gente moviéndose en sus coches? Y los comerciantes entraron en acción. Y el ciclo de mejora es de nunca acabar.
Lo que quiero explicarte: todo comenzó con una idea. Y esa idea en acción, generó desafíos no contemplados por sus creadores. Y la respuesta creativa a estos retos, originó obras que beneficiaron a todos.
Hay personas que cuando sueñan, se detienen al concentrarse en las imposibilidades de sus sueños. Y nunca inician.
Recuerda como nacieron los primeros coches o los semáforos rudimentarios. Estas ideas fueron mejorándose en el camino. Pero tuvieron un inicio.
El empresario John Johnson recomienda a los jóvenes soñar con cosas pequeñas. Ya que cuando estas se realizan, dan confianza para el siguiente paso. También menciona que los negocios pequeños a la larga se convierten en grandes.
Por eso, todo lo que necesitas, es comenzar de alguna forma. Así, como la gota de lluvia encontró su camino y el auto abrió brecha para más ideas, hallarás la manera de alcanzar tus sueños. Los desafíos que encuentres son oportunidades disfrazadas que te permitirán lograr mayores éxitos.
Así que… ¡adelante! Todo lo que necesitas es comenzar.
Hasta la próxima.

Extracto sacado de otro sitio

jueves, abril 13, 2006

Reflexiones

Eres el piloto de tu vida
“Cuando conduzco el coche, me molesta que quien está junto a mi, me diga que camino tomar, que me detenga o ¡cuidado! Yo soy el conductor. Yo se porque hago lo que hago. Y el conductor es el único que lo sabe. Nunca hago caso de quien quiere decirme como manejar, porque por eso pasan accidentes”.
Escuché que le respondía un hombre a su amiga, cuando esta le platicó que su hija conducía un coche, y le dijo que acelerara para evitar un trailer. Su hija le hizo caso, pero no alcanzó a pasarlo. El trailer se llevó el coche. Afortunadamente viven para contarlo.
Como un rayo, comparé las similitudes que tiene este ejemplo con nuestra vida.
Nuestro coche se llama “vida” y el Ser Supremo ha sido lo suficientemente generoso, como para darnos a cada quien un “coche” propio.
Todos somos los conductores de nuestra propia vida. Desafortunadamente, muchos no asumen esa responsabilidad.
Son conductores miedosos, que les gusta preguntar a cuanto tripulante tienen, que deben hacer.
Y como resultado, tienen accidentes o no están satisfechos con su vida. ¿Por qué siguen escuchando los consejos de otros, cuando no están satisfecho con los resultados?
Simple. Es más fácil culpar a otros de sus fracasos, que ser responsables de sus decisiones.
Es el caso de la chica que le pregunta a la mamá ¿Qué debo estudiar?
O el caso del chico que pregunta ¿Cuál carrera da más dinero?
Porque el precio de seguir los impulsos de tu corazón, de tomar tus propias decisiones, es la posibilidad de fracasar.
Nadie puede esperar tener éxito en lo que le gusta con tan solo unos intentos. La historia está llena de hombres que estuvieron peleando por sus ideas, y que después de fracasos temporales, obtuvieron el éxito.
Aplicaron la persistencia en sus sueños.
La sensación de libertad, de asumir el control del volante de tu vida, te dará una seguridad y energía interior que no tiene precio.
Para un militar, su orgullo son las heridas de guerra. Y para el hombre de negocios, platicar de sus fracasos, antes de alcanzar la cima.
Aunque las derrotas temporales te causen dolor… cuando sean cosa del pasado, te divertirá recordarlas. Le dará más valor a tu éxito.
Detén a esa persona mata pasiones, y no la escuches cuando quiera dirigir el coche de tu vida, a una velocidad diferente a la que tú lo haces.
El no conoce porqué haces lo que haces. No conoce tu vida, como tú la conoces.
El no comprende tus sueños y motivos.
Finalmente, él en sus consejos, proyecta lo que él es. Lo que el hace. Lo que haría en tu lugar. Y si es un mediocre, y le haces caso… vas a acabar siendo un mediocre también.
Observa que las personas que han tenido éxito, primero se escuchan a sí mismas. Fueron tercas en escucharse primero a ellas mismas, antes que a los demás.
¿Que consejo te puedo dar? Hay dos frases que me encantan: “Caminante no hay camino, se hace camino al andar” de Machado, y “Try hard enough” de Malcolm Forbes, esto es: sigue intentando hasta que tengas éxito.
Recordando mi vida, veo que las actividades en que he tenido más éxito, son en las que he aplicado estas dos frases. Y añade otro ingrediente: la esperanza.
En lo que más he tenido éxito, siempre hubo un momento en el que tuve un fracaso tan doloroso, que se abrían ante mi dos caminos: seguir adelante a pesar de que parecía que no lo lograría, o resignarme.
Al tomar el camino de seguir adelante… ¡lo logré! Te confieso que ya no creía en mi. Pero tenía la esperanza de lograrlo. Y la esperanza, transformó en realidad mis sueños.
También, hubo momentos en los que elegí el camino de la resignación. Me excusé ante mi mismo con mil pretextos de porque había fracasado. Pero no dejo de pensar que pude haber elegido la otra vereda y que pude haber tenido éxito.
La esperanza debes mezclarla con la persistencia también. Tu Breve Espacio, es fruto de la esperanza y persistencia combinadas.
La fe en un Ser Supremo también ha sido muy importante para mi. Me ha dado la paz y serenidad necesarias cuando parece que mi mundo se voltea de cabeza.
Te invito a que experimentes la emoción de conducir el coche de tu vida. Disfrútalo a tu ritmo, a tu manera ¡Y condúcelo hasta las estrellas!
¡Suerte!

Extracto extraído de un sitio mexicano

jueves, abril 06, 2006

Las personas triunfadoras , sanas, alegres empiezan siempre por autodiciplinarse y dominar la voluntad para continuar con el proceso que lo llevara al éxito en su vida. El trazar rutas practicas y motivadoras hacen que DIA a DIA se vean los logros internos, la modificación del modo de hacer las cosas , la actitud que se toma frente a la vida , la magia que se opera cuando se respira al ritmo armónico con la naturaleza, cuando se siente que todo en el universo planetas, galaxias, personas, opciones, sentimientos, acciones; el mundo esta abierto ante ti y la infinita gama de posibilidades están ahí y nada ni nadie puede cambiarlo.
Motívate tomando las situaciones cotidianas mas optimista, repítete palabras alentadoras. Escucha la voz interior para saber que quieres; para los diálogos absurdos e incoherentes que parlotean sin cesar en la cabeza, el detenernos unos momentos para ver que se esta haciendo y en que se va nuestro tiempo y vida.