Sol y Luna

lunes, mayo 02, 2005

ASANAS

La palabra sánscrita "asana" significa "postura", y hace referencia a una determinada posición que es adoptada por el cuerpo físico en la práctica del Hatha Yoga. Cada asana tiene un triple efecto: físico, emocional y psíquico. Es importante aclarar que esta división es hecha a los efectos de su descripción analítica, pero que no pretende sustancializar dicha segmentación, puesto que el Yoga es un sistema holístico y cuyo principal significante es "unión". Por lo tanto el hombre es visto como una unidad inseparable. Entonces cada uno de los efectos descriptos se yuxtapone con el resto, a la manera de una nota musical y sus respectivos armónicos que resuenan hacia arriba y hacia abajo de una gran escala "total".
Así cada asana producirá en el cuerpo físico beneficios relacionados con la salud, devolviéndole la armonía a todos los órganos del cuerpo, así como también elongando y tonificando músculos, favoreciendo la circulación sanguínea, nutriendo a todas las células y tejidos, trabajando a nivel del sistema nervioso y glandular y produciendo un estado de relajación general. Progresivamente se va logrando un equilibrio emocional y psíquico, generado por la interacción de múltiples factores como los efectos sobre el sistema nervioso, la coordinación y regulación respiratoria, la reducción del estrés, el cambio de patrones de enfrentamiento ante situaciones estresantes, la relajación aprendida, y la posibilidad de abrirse al mundo de una manera nueva fresca y renovada.
Quizá esto sea el punto más pragmático visto desde una manera de pensar occidental, pero desde la manera oriental estos efectos son solo corolarios derivados , siendo que los efectos principales apuntan a producir profundos cambios a nivel del cuerpo astral (Linga Sharira), purificando y desbloqueando los nadis (canales por donde fluye el prana o energía vital) y activando los chakras (centros de energía), pero cuyo fin último es propiciar el estado de meditación.
Cada asana o postura tiene dos fases: una dinámica y otra estática. En la fase dinámica (armado y desarmado del asana) cada movimiento debe realizarse de forma conciente, armónico, lento, continuo y coordinado con la respiración. En la fase estática (mantenimiento de la postura) se inmoviliza todo el cuerpo, y se concentra la atención en la zona específica en el que actúa el asana, acompañado de una respiración suave y profunda. Los mayores beneficios de las asanas se logran en esta última fase, así como también por medio de la regularidad en la práctica.